jueves, 21 de agosto de 2008

Cómo abordar las Altas Capacidades

La identificación de individuos con Altas Capacidades intelectuales es fundamental para establecer pautas educativas y diagnósticos precoces desde los primeros años y así evitar daños colaterales que surgen por su inteligencia excepcional. En el entorno del infante existen una serie de figuras que pueden contribuir a identificar su capacidad como, por ejemplo:los padres,los profesores y los compañeros de la escuela.
El diagnóstico precoz entre los cinco y seis años, es lo más adecuado para que esta aptitud intelectual no se convierta en un problema. Cuando un niño superdotado no se identifica como tal o no se le estimula intelectualmente para que desarrolle su potencial pueden aparecer problemas de comportamiento que pueden ser de dos tipos:
• Agresividad: el niño se rebela y se niega a seguir las reglas establecidas, da muestras de violencia verbal y física.
• Pasividad: el niño intenta abstraerse del mundo exterior y se crea un mundo de fantasía sin contacto social, se muestra reacio a comunicarse con la gente y no se defiende si recibe insultos o le pegan.
Este tipo de niños son conscientes de que son diferentes a los demás niños de su edad y por ello, se sienten solos y no muestran predisposición a entablar amistad con otros compañeros porque tienen miedo al rechazo.
Esto repercute en sus tareas escolares debido a que rinden por debajo de sus posibilidades, algunos llegan a sufrir trastornos psicológicos porque no consiguen adaptarse en la escuela y a veces llegan al fracaso escolar. Los síntomas más evidentes son:
• Falta de esfuerzo o interés por hacer la tarea o trabajar en clase
• Mal comportamiento
• Baja autoestima
• Actitud negativa en el colegio.
Los docentes de estos niños están como puestos a prueba constantemente porque poseen una elevada observación crítica, una alta capacidad analítica y cuestionan todo. Se suelen adelantar a las explicaciones del docente porque necesitan un ritmo de trabajo superior al que les marcan. Su hiperactividad es una molestia en el aula y el profesor no sabe cómo afrontar las inquietudes que estos chicos muestran. Su tiempo de atención es limitado y esto los hace inconstantes para terminar actividades. Sienten un aburrimiento permanente y necesitan ser incentivados en forma continua.
El Papel de los padres
La familia es muy importante para que el niño desarrolle su capacidad intelectual, pues una buena respuesta familiar facilitará una correcta evolución.Los padres constituyen una pieza clave en el proceso de identificación del niño superdotado ya que cuentan con mucha información sobre su hijo. Además estos niños tienen un alto grado de dependencia con sus progenitores porque a lo largo de su vida deberán enfrentarse a situaciones difíciles ya que la inusual curiosidad intelectual les expone a todo tipo de información que muchas veces puede desorientar o desestabilizar su equilibrio emocional.
En el colegio, el niño se puede encontrar con que sus compañeros lo atacan, lo rechazan, lo califican como "raro"(lo cual lo puede colocar al borde y entrar en crisis). El niño superdotado no sabe cómo manejar este tipo de situaciones, se encuentra indefenso y, lejos de comunicárselo a sus padres o profesores, se calla y lo invade una situación de culpa por poseer una cualidad que los demás ven como algo malo.
Los padres para prevenir esta clase de situaciones deberán explicarle a su hijo la situación. Su inteligencia es una virtud de la que no deben avergonzarse, sino todo lo contrario, sentirse afortunados y deben manejarse sin miedos ni culpa.Cuando el niño comprenda esta realidad, recuperará su autoestima y la confianza en si mismo. El apoyo y la comprensión de sus padres son los que facilitaran su camino.

Prof.Jorgelina Valeria Segretin
Profesora para la Enseñanza Primaria, Escuela N°9 DE 9
e-mail:jorgelinasegretin@yahoo.com.ar

Actitud y cambio

El sentido común siempre indica que cuando algo funciona mal hay que arreglarlo. Es necesario hacer un cambio. Este concepto tan general y abarcativo se aplica para todas las distintas situaciones de la vida, desde la compra de algún artefacto hasta determinados hechos concretos y específicos de nuestra propia existencia.
La pregunta es que implicancia tiene lo actitudinal en la producción de cambios. Sin dudas es el motor fundamental que nos ayudará, junto con el reconocimiento de la necesidad y el deseo de cambio, a poder realizarlo.
Muchas veces nos encontramos diciendo que “tenemos” y “queremos” cambiar tal o cual cosa, pero nuestro accionar no refleja esa puesta en marcha. La actitud que demostramos es contraria a nuestro discurso.
Más allá de analizar los motivos que nos impiden pasar al acto, creo necesario focalizarnos en nuestro contexto presente para observar en primer plano nuestra actitud.
Ya mencioné que discurso y actitud no siempre van juntos, por eso los pasos concretos que podamos dar serán mucho más eficaces que insistir en disquisiciones intelectuales, que si bien pertinentes, ralentizan la movilidad de lugares.
Desprendernos de ataduras, de viejas estructuras enquistadas no es tarea para nada sencilla pero pienso que con nuestra voluntad y nuestro más íntimo deseo puestos en sintonía podemos lograr fortalecer una actitud positiva y proactiva para generar los cambios que anhelamos.
Jorge Cheula
Psicólogo Operativo/Prof. de Inglés
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