¿Cómo Como?...¿Cómo vivo?
La identificación del hambre , de estar llenos, sentir sueño , calor, son situaciones de vida de autodetección, pues nadie puede sentirlo, ni reconocerlo por nosotros , nadie puede indicarnos desde afuera cuando sentimos que nuestro estómago pide comida a gritos, ni que está tan lleno que hasta nos molesta la simple imagen de una comida. Nadie puede hacerlo, por más amor que nos tenga, por más años de experiencia que posea.
Y sin embargo nuestro sentir, nuestro cuerpo, nuestra capacidad natural de autorregulación en muchas ocasiones ha sido tan usurpada, censurada, cuestionada que nos puede sonar extraño.
¿Cómo nadie?
Si muchos de nosotros hemos accedido a comer en los horarios que nos indicaron, las cantidades y tipo de alimentos “correspondientes”, por nuestro propio bien ?
Y aparecen en mi recuerdo frases como :
- “ ¿ eso solo comés ?, no comiste nada ! ”
- “ ¿ a ésta hora tortilla ? , si es la hora de la merienda ! ”
- “ ¿ todo eso vas a comer ? ¡ niña tú tienes el ojo más grande que la tripa"
Y así hemos crecido y aprendido que los demás saben de nuestras sensaciones , de nuestras necesidades más que nosotros mismos a tal punto que llegado el momento de relacionarnos con la comida, o con nuestro sentir se convierta en una real complicación, pues aparecen nuestras propias sensaciones , experiencias, no tenidas en cuenta por un lado y todos los criterios y creencias racionales con mucha fuerza por otro . A tal punto que podemos encontrarnos en un bar, un restaurante y que nos pregunten qué querés comer , qué queres tomar y que contestemos : - “ lo que vos quieras ”.
Biológicamente estamos dotados de un tablero perfectamente ideado que nos indica con ruidos, sonidos, sensaciones, una infinidad de información de todo lo que nos sucede, lo espontáneo, lo que está ahí. Señales como el frío, el calor, el dolor, el sueño...... indican aviso de atender alguna necesidad , como ocurre con el hambre, la saciedad, y las sensaciones de no sé que , que en muchas ocasiones hemos aprendido a atender con comida, como herencia cultural, sin ser hambre la necesidad que avisa esa señal.
La propuesta de alejarnos de nosotros mismos, de no escuchar nuestro interior, de no confiar en la sabiduría de nuestra organicidad ha sido tan sistematizada y sostenida en el tiempo, que nos parece lo más natural del mundo ir en contra de nuestra naturaleza humana.
Darnos cuenta tal vez que dedicarnos a estar pendientes de lo que engorda, de lo que adelgaza, de lo que quiero comer y no lo como porque engorda, de lo que me gustaría comer y no lo como porque no está permitido para mí … nos lleva al mismo lugar, perpetuando el mismo vínculo, la misma confusión, incomodidad, desorientación, constatando tal vez que aquello a lo que le ponemos nuestra atención le ofrecemos nuestra energía, y a lo que le entregamos nuestra energía lo hacemos crecer.
Por eso la propuesta es volver a escuchar, observar las señales/sensaciones de nuestro cuerpo, reconocer y recorrer las ideas, creencias, que operan e imponen un modelo a seguir como autoridad de turno. Así como acompañar, acompasar, lo que sucede como sucede, lo espontáneo, lo que está ahí, que nos pertenece por naturaleza humana ,generando, nutriendo que nuestra manera singular, particular de comer sea el resultado de transitar y habitar el camino de regreso a casa: nosotros mismos.
Me despido compartiendo un párrafo de Carl Rogers Y Marian Kinget de “Psicoterapia y relaciones humanas” - Tomo I pág.64-65, que a mí me resulta sumamente amoroso y esclarecedor. Hasta la próxima.
“Cuanta menos libertad experiencial tenga el individuo, más tendencia tendrá a juzgarse y a orientarse en función de criterios externos.
Cuanto más se juzgue y se oriente en función de criterios externos, como la opinión de las demás personas, más sujeto está a la angustia.
Cuanto más sujeto esté a la angustia más tendencia tendrá a negar ó deformar ciertos elementos de sus experiencias para que estén de acuerdo con las exigencias reales o percibidas, de su ambiente.
Cuanto menos autónomamente actúe, menos auténtica será la aprehensión de los datos de su experiencia.
Cuanto menos sea la aprehensión de los datos de su experiencia, menos adecuada será la conducta, puesto que ésta se articula sobre los datos de la experiencia, sobre todo de los que se refieren al yo.
Cuanto más al abrigo de amenazas se sienta el individuo, es decir al abrigo de los juicios de los demás, más completa será su aprehensión de su experiencia del yo.
Cuanto más completa sea la aprehensión de su experiencia real, vivida, su actuación será más sencilla, eficaz y satisfactoria.”
Alejandra P. Lara
Counselor ECP
COUNSELING CENTRADO EN LA PERSONA
FACILITANDO EL DESARROLLO DEL POTENCIAL HUMANO
Tel.: 4791-9832
clr.aplara@gmail.com
alejandralara@datafull.com
viernes, 11 de julio de 2008
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