La finitud, es un tema que algunas personas prefieren evitar. No todos tenemos resuelto este tema y a veces puede resultarnos amenazante. Sabemos sin embargo, que lo único que tenemos por sentado cuando nacemos, es que en algún momento también vamos a morir, pero generalmente cuando fallece algún familiar o alguna persona importante en nuestro vínculos, necesitamos elaborar el duelo de manera tal que no se convierta en un duelo patológico, es decir que exceda el tiempo considerado normal para asumirlo como tal. Cuando un duelo esta elaborado, significa que podemos recordar a nuestra persona querida sin que nos duela.
Uno de los vínculos fuertes que se deshacen con la muerte es el de uno de los cónyuges. Cuando un matrimonio esta fuertemente constituido, ya sea de muchos años o no, la pérdida de uno de ellos, puede ser realmente difícil.
En matrimonios que llevan muchos años juntos, puede llegar a haber una identificación tan grande entre si, que al fallecer uno de ellos deja al otro con un sentimiento de soledad y orfandad.
Se puede llegar a sentir que sin ese otro que estuvo a su lado durante tantos años, no hay mas esperanza de cosas nuevas, no es posible seguir adelante, tener proyectos, no se puede Ser.
El drama de muchas de las personas que se quedan viudas, es que no están preparadas psicológicamente para enfrentar la vida solos.
Además hay ciertos mitos que sugieren que ser viudo o viuda es estar en el final de la vida, vejez, por lo tanto hay montones de cosas que ya no se pueden hacer, y mucho menos estando solos, como que nada vale la pena, como si fuese ya tarde para todo. Tenemos que agregar también que en caso que fallezca el marido, y era este, el sustento económico, existe también la incertidumbre de qué va a hacer ahora que está sola y tal vez nunca tuvo que trabajar porque era su marido el que cumplía ese rol.
Este sentimiento de soledad porque ya no esta el otro, unido a que se sienten menos útiles, o que ahora son ellos solos para todo, puede llevar a una depresión.
Este lazo tan fuerte también puede existir en matrimonios de no muchos años juntos.
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Además cuando una persona pasa a ser viuda o viudo siendo joven, es probable que no aparezca el fantasma de la vejez, pero si el de soledad, el de orfandad, y el temor a un nuevo comienzo. Por lo tanto la viudez siendo joven o siendo mayor, puede ser calificada como una de las situaciones más estresantes por la que puede transitar una persona.
Recurrir a un proceso de Counseling cuando se está atravesando una situación como esta es muy conveniente, ya que ayuda a la persona a elaborar primero el duelo, justamente como prevención para que no se convierta en un patología, y luego a mostrarle herramientas con las que puede seguir adelante, y tener un nuevo proyecto de vida. Herramientas con las que contamos todos, pero en momentos difíciles de nuestra vida, nos cuesta encontrarlas.
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miércoles, 4 de junio de 2008
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