La noción de diálogo ha estado en las culturas por siglos. Por ejemplo, para
los griegos, se refería a la conversación y a la generación de significado y
comprensión a través de él. Más interesante aún es que le daban más
importancia al espacio creado para el diálogo como a la participación en
este proceso que al producto obtenido a través de él. Históricamente
podemos encontrar esto representado en los círculos de conversación de
diversas tribus indígenas.
El diálogo supone tener un espacio para las personas para conectarse y
hablar entre sí. Supone un proceso en el que los participantes se
involucran en un compartir o en un mutuo interrogatorio en el que ambos
examinan, reflexionan, cuestionan y piensan. En y a través del diálogo el
significado y las comprensiones son continuamente interpretadas,
reinterpretadas, clarificadas, revisadas y ampliadas.
De esto se desprende que el diálogo sólo puede ser generativo.
Es una actividad relacional y colaborativa y, como tal, requiere e invita a
los participantes con un sentimiento de mutualidad, incluyendo un respeto
genuino y un interés sincero en el compañero. Al mismo tiempo, el diálogo
genera un sentimiento de pertenencia por lo que podemos desprender que
invita a establecer relaciones.
Guía para invitar al diálogo: Deberíamos:
1. Escuchar, oir y hablar con respeto: Respetar es una actividad de
relación, no es una característica interna individual. Respetar es
tener y demostrar consideración y cuidado por el otro. Como lo
hacemos, con nuestra actitud, tono, gestos, postura, ojos y
palabras…
2. Escuchar, oír y hablar como un aprendiz: Es decir, estar
genuinamente interesados y curiosos sobre lo que el otro nos dice y
creer sinceramente que podemos aprender algo de él.
3. Escuchar, oir y hablar para comprender: La comprensión es
inacabada, no intentes comprender tan rápidamente, como si
supieras todo. El conocimiento interfiere con el diálogo; si ya lo sé,
para qué hablamos.
4. Escuchar, oír y hablar con cuidado: Date tiempo, las pausas son
importantes. Haz un pausa antes de hablar, dale tiempo al otro para
que termine…Khalil Gibran dice:
“Cuando dos mujeres hablan, nada dicen…Cuando una mujer habla,
revela la vida entera”
Esta frase es aplicable a los hombres también….
Además date tiempo para pensar en aquello que vas a decir y en
cómo vas a decirlo…
“El fanático es un orador sordo como una tapia”
¿Te hace acordar a algo o a alguien?
5. Escuchar, oír y hablar de manera reflexiva: No podemos no
reconocer la complejidad del diálogo reduciéndolo a él o a su proceso a
técnicas. El escuchar, oir y hablar, no son técnicas, sino actividades
relacionales y procesos
Por eso, la próxima vez que quieras hablar realmente con alguien
recuerda…
“El conocimiento habla, pero la sabiduría escucha”
Jimi Hendrix
Clr. Patricia Ugo
http://nuevos-despertares.blogspot.com
martes, 3 de junio de 2008
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