Es cierto que hay muchos caminos que conducen a un mismo lugar, todos pretenden converger en un mismo punto, entonces para transitar por alguno de ellos es necesaria nuestra decisión de emprenderlo.
En este caso la meta sería el autoconocimiento, el cambio de percepción, convertirnos en seres autónomos con libertad de elección, aprendiendo a despojarnos de los condicionamientos que nos tienen aprisionados aun sin ser concientes de ello.
Sabemos que no es un camino fácil de recorrer, que presenta escollos, sinuosidades, alturas, descensos; es decir esfuerzo; esfuerzo que resulta más llevadero si lo hacemos acompañados por alguien que nos contenga con aceptación incondicional, o sea tal como somos, con una escucha empática y libre de juicios.
Como dijo Sartre: “lo importante no es lo que han hecho conmigo, sino lo que hago yo con lo que han hecho conmigo”.
Si la promesa es la libertad, vale la pena intentarlo, no es así?
Clr.Marta Tarrero Cáceres
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