Podemos decir que la mediana edad se corrió con el paso del tiempo y es difícil delimitarla a una edad en particular. Lo que antes se consideraba mediana edad no es lo mismo que lo que se considera hoy, justamente porque hoy se prolongó la vida de las personas. Lo que antes se suponía que era a los treinta años, ahora lo podríamos ubicar de los cuarenta y cinco a los sesenta y cinco años.
Hay algunas características que podemos describir en esta etapa, es el momento de la vida en el que los hijos ya crecieron o son adolescentes, los propios padres son más grandes, enferman y mueren, el propio cuerpo sufre cambios producto del paso del tiempo, la menopausia en las mujeres y la andropausia en los hombres; y todas estas cosas hacen que las personas deban posicionarse en forma diferente ante la vida, y como todo cambio, produce angustia.
Es a la crisis de la mujer en particular a lo que me quiero referir. Lo que entra en juego en esta etapa es su identidad, es un replanteo de la vida en base a diferentes posiciones que le han tocado vivir y que tiene que ver con la historia individual, pero también, con la generalidad, que sería el rol que le ha dado esta sociedad; “ mujer igual esposa, ama de casa, madre”. La mujer en este momento tiene la posibilidad de replantearse todo eso y puede hacerlo de dos maneras posibles. La manera más negativa es ubicarse como un “sujeto padeciente”, se producen sentimientos de pérdida, dolor, sienten que lo mejor de la vida ya pasó, es una perspectiva sufriente. Se preguntan.... ÿ ahora que? Sienten que perdieron la belleza, la sexualidad y el marido en algunos casos. Sienten que todo se fue con la juventud.
Otra forma de vivir esta crisis, que es la forma positiva, es la de las mujeres que pueden replantearse un rol diferente. Son las que se mantienen libres de exigencias sociales, como la crianza de los hijos, libres de preocupaciones en cuanto a la sexualidad reproductiva, pueden generar espacios para ellas, retomar antiguos proyectos que fueron postergados. Empiezan a ocuparse de ellas mismas y a ponerse en primer lugar. En ellas comienzan a surgir otros deseos que van más allá del deseo materno. Estas son” mujeres transformadoras”, aquellas que no han adherido con tanta fijeza al modelo cultural, que proponen innovaciones, que quieren disfrutar de la vida, que sienten que lo mejor está por venir. Ellas sienten que el tiempo pasa y por eso tienen que aprovechar cada momento y realizar todo aquello que fue tan largamente postergado por la crianza de los hijos. Retomar los estudios, viajar, encontrarse con amigas, volver a enamorarse etc. Como dice el psicoanalista Leopoldo Salvarezza, “la mediana edad es la flor de la vida”.
Claro que no es fácil a veces, las circunstancias particulares hacen que cada mujer lo viva de formas diferentes, pero es bueno recordar que siempre se puede pedir ayuda, y así transitar esta etapa de la mejor manera posible, disfrutando de la vida.
Nora Cecilia Lemmo
Consultora psicológica
Especialidad en desarrollo personal
Coordinadora del taller “Acompañándonos nuestra soledad se transforma” del hospital Tornú.
e-mail noralemmo@hotmail.com
Cel. 15-4945-6464
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2 comentarios:
Soy uruguaya, de Montevideo, por la web conozco este espacio, el cual me parece muy bueno que pueda existir, indispensable para el desarrollo saludable de la mujer de hoy.
Me interesaria saber como contactarme con uds. Muchas gracias
Susana
estaba buscando en la web sobre la crisis de la mediana edad, ya que mi pareja está en crisis, y mi mujer tiene muchas aptitudes que son común a este flagelo, y me platea separarse, que quiere hacer su vida, ignoro si existe una tercera persona, pero el hecho es este, y la verdad no se como actuar, soy de la idea de la libertad, y si esto es bueno para ella, aunque me duela en el alma, lo acepto. El tema es que esta crisis vaya más alla, y que despues de estar separada, siga o empeore. Como debo actuar, a quien recurrir. Gracias
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